Y de las ruinas rescaté este sueño:
remonto en la penumbra de los años
el curso de los ríos más extraños;
penetro en una soledad sin dueño:
es el viejo jardín, antes risueño,
que conoció mi infancia: los escaños,
otrora filosóficos peldaños
para el dulce ejercicio del ensueño;
están yertos, sin voces, sin sentido;
no hay padre que me estreche en un abrazo
ni garganta que entregue su sonido
ni la forma de un dios en cada ocaso.
Ya esculpe sus estatuas el olvido.
Existir es un mágico fracaso.
por Carlos E. Grosso Brenner,
Derechos reservados por obra publicada,
Buenos Aires, 2013.
remonto en la penumbra de los años
el curso de los ríos más extraños;
penetro en una soledad sin dueño:
es el viejo jardín, antes risueño,
que conoció mi infancia: los escaños,
otrora filosóficos peldaños
para el dulce ejercicio del ensueño;
están yertos, sin voces, sin sentido;
no hay padre que me estreche en un abrazo
ni garganta que entregue su sonido
ni la forma de un dios en cada ocaso.
Ya esculpe sus estatuas el olvido.
Existir es un mágico fracaso.
por Carlos E. Grosso Brenner,
Derechos reservados por obra publicada,
Buenos Aires, 2013.