Poesía publicada en colección de
obras de protesta contra violencia de género. En Argentina mueren mujeres a razón
de dos cada tres días, sin contar las muertes no registradas por miedo a las
represalias, según el Observatorio de Femicidios. En siete de cada diez casos, el
principal sospechoso es el marido o la ex pareja.
Además,
nueve mujeres son violadas por día; cuatro
adolescentes cada tres días desaparecen víctimas de la trata; más de una mujer
muere cada cuatro días por abortos inseguros clandestinos y hay más de
dos muertes maternas cada cuatro días por otras causas evitables, vinculadas al
embarazo.
La poesía, o analogía con el ser homínido
(cuyo antepasado era reptiliano) apunta a la perpetuidad oscura del cerebro primitivo
sin evolución emocional-racional; el que “ruge” con igual violencia programada
y automática en el presente siglo, sin sopesar opciones ni consecuencias.
ENTERRANDO CENIZAS
Me
miras con ojos de primate
ser
elemental
homínido
de arrugada corteza
en los
albores de la prehistoria.
Me
observas
enterrando
cenizas de hombre pretérito
(no hay
hombres nuevos)
sin
incienso ni cinerario.
Tu
tozudo entrecejo
hunde
tus pupilas en hueso cóncavo,
dos
iris casi concéntricos
encorsetando
milenios
de vejámenes.
¡Mujer!
¿Son nada?
Suspendido
de lianas y hiedra,
como
engendro de un Tarzán
no
imaginado por E.R. Burroughs,
te
abalanzas de árbol en árbol
en la
selva densa, expectante.
Presencia
arbórea
eco de
rugidos en la espesura
brutalmente
arcaica tu mirada
...me
despedí de vos
HOY
-Futuro
incierto de mujer libre-
…porque no hay hombre nuevos.
© Silvia Evelina, Buenos Aires, enero 2013,
Todos
los derechos reservados como obra publicada.
Imágenes de Internet, desconozco los autores y ruego me notifiquen si prefieren que las elimine. ¡Gracias!
Tristeza, Vincent Van Gogh